Cuando las manecillas del reloj marcan la hora del show, el tiempo se parte en dos, la realidad y la fantasía se fusionan en un mismo escenario.
Por entre el humo, tres jóvenes vestidos de Policía, vaquero y obrero se asoman al escenario y dan rienda suelta a la imaginación de un grupo heterogéneo de mujeres que va de los 18 a los 60 años.
Las luces se apagan, la música es más intensa, los movimientos sugestivos y sensuales de estos expertos bailarines hacen que los rostros de quienes van por primera vez a ver un striptease palidezcan o se suban de colores.
Poco a poco las prendas comienzan a volar. Los cuerpos musculosos y definidos de los strippers quedan a la vista...